EL PODER DE LAS PALABRAS

Porque todo lo que se piensa puede decirse,todo lo que se siente debe decirse y todo lo que se dice debe ser escuchado y leído...

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viernes, 28 de agosto de 2015



Ausencia


 
Cuando despierto y no veo lo que tuve, guardo silencio.
Cuando a mi piel le falta un roce tuyo,
cuando agoniza la oscuridad entre mis piernas
y de todo escapo para encontrar la nada,
soy capaz de retener mi llanto.

Cuando me pierdo en universos sordos,
por desoír el latido acompasado de nuestros corazones,
en esas noches cerradas sin un canto,
cuando aparezco entonces contigo, entre aquel barro,
donde los cálidos troncos de nuestros cuerpos
se acurrucaban buscando la savia…,allí,
en ese recóndito lugar, cual amapolas solas y felices
se mecen sin aspirar a nada,
sólo a estar allí presentes y así nuestros cuerpos se abandonaban.

Es un sueño lo que se dibuja en mis adentros,
en esta cabeza de reprimir presentes,
de soñadora ausencia, de soledades presa,
así, en una angustia hilvanada a mi memoria
que sólo el deseo de olvidar quisiera…

Cuando aprendo a desenredar de mí los miedos,
aparece sin darme tregua el final escrito,
una larga lista de sentidos moribundos,
un lúgubre pensamiento descubierto en tiempos muertos.
Y cuando al terminar el día
vuelve la oscuridad a derrumbar mis ansias,
me ocurre, que mi paso en el camino se demora
por mirar hacia atrás para recobrar aliento,
y entonces me vuelvo estatua de sal y me devora…

Adormecida entonces en brazos de la noche
vuelve mi cuerpo a perecer desnudo,
y hay un silencio que se columpia
entre mis manos quietas y mis cerrados ojos.
Se descompone así mi alma en perlas blancas
y se desliza suavemente por las sábanas
abandonando el lecho para esparcir su duelo
y conversar, con la extraña visión de aquel espectro
que me visita a veces…





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